viernes, 30 de septiembre de 2011

UNA JIRAFA POR EL OJO DE LA CERRADURA


El fotógrafo y usted: “Ha salido con la cabeza cortada en su foto de carné” “¿Alguna solución?” “Por ser usted, ninguna” Escena análoga ocurre cada jueves en la sala de la filmoteca de Extremadura: “Está cortando a los protagonistas por las cejas” “No se puede hacer nada, además pasa todas las semanas y nadie se queja” “También me molesta la música de la sala de baile aneja” En los orígenes del cine utilizaban un formato de imagen más bien cuadrado, no es hasta los años 50 que se pondrían de moda formatos más panorámicos. “El ángel azul, programado por vds., es de 1930, lo dice su díptico ¿No ha podido buscar una ventanilla de proyección apropiada que no cercene la imagen?” “20 años de profesión nos avalan.” Si fuese director de la Filmoteca, les daría de su propia medicina. Entre 300 y 600 € pueden cobrar de la Junta por filme, más 1 € en taquilla que no sabemos a qué se destina. Dos veces paga el espectador para que le falten al respeto, y se lo falten a los cineastas que cuidaron al mínimo cada detalle de sus obras, negligentemente exhibidas en el Centro de Ocio Contemporáneo de Badajoz.

¿20 años tratando de pasar la jirafa por el ojo de la cerradura? No programen películas que no puedan mostrar decentemente. Insisten en recortar las imágenes de los clásicos como parvularios. Imagínese obligado a visitar el Museo del Prado dentro de un buzón ¿No exigiría como espectador y contribuyente un resarcimiento?


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