miércoles, 12 de agosto de 2009

"PASO A DOS"

Juan Carlos en calzoncillos, Paloma retocándose el maquillaje, y el presentador reclamándolos en el escenario. Novedades de vestuario retransmitidas al público por un tipo sin tablas, que, por amenizar la velada, relata pormenores sobre la demora de los artistas a una multitud cargada de paciencia. Entre cambio y cambio de ropa, la pareja hace bailes de salón: fox-trot, tango, pasodoble, salsa… A veces, las piezas duran menos tiempo que los preparativos para bailarlas. Juan Carlos y Paloma se han convertido, sin quererlo, en el centro de atención, dentro y fuera de la escena, gracias al demonio de la megafonía. A Celia y a mí, lo que nos encanta es lo inaudito de las fiestas de Hoyos. Acudimos por tercera vez. La Sierra de Gata, y Hoyos en ferias, se han convertido en nuestro sitio favorito para vacar. Tengo que cerrar los ojos en los portés por miedo a que Paloma haga honor a su santo. Celia me avisa con el codo pasado el peligro. Me justifico diciéndole que hacen que el baile no parezca sencillo. Entre medias, el hombre con micrófono refiere, a falta de anécdotas, un chiste sexista. Anima a las gorditas a practicar danza, aunque, según ve, todas están más bien esbeltas, él diría incluso que flacas. El bochorno se patentiza en el patio de butacas, acrecentado por la falta de aparatos de aire acondicionado que funcionan en la sala. Deriva culpas a un señor alcalde ausente. Se abren alas de abanicos veloces. Excusados, nos enteramos de la genealogía de Paloma, de su deudo con el ayuntamiento, y de la relación que mantiene ésta con Juan Carlos, profesor de baile en el municipio. Sólo los foráneos nos miramos a las caras ante esta personificación de radio macuto: ¡Juan Carlos, Paloma! Adivino el mambo. Viene el chá-chá-chá. Si algo aprendí en seis meses currando con una compañía de danza es que perder el ritmo es como perder el sostén, entonces, un chá-chá-chá puede convertirse en un rebujo de pasos, o en un striptease. Paloma, ultrajada, no pierde el rictus. Como dijo aquel: el espectáculo debe continuar. El presentador se marca unas sevillanas con la hija del profe de baile. Juan Carlos y Paloma están caracterizándose para el gran número final. La última pieza tiene banda sonora de telenovela, inspirada en “el patito feo” de Hans Christian Andersen. Le pregunto a Celia bajito si de mayores podemos ser como ellos. Me sonríe. Este “paso a dos” ha acaparado el protagonismo de las vacaciones.