Comienza con el típico héroe de cómic, de
esos que hablan con bocadillos, ya sabes… (leíste tebeos de chico, ¿no?) Va en
una viñeta y conoce a una flaca finísima, que parece desnutrida, pero que es
una monada. Sus pechos son dos círculos perfectos, de perfil semeja una “pe”,
mayúscula. Nuestro personaje enseguida queda prendado, se enamora como un necio
de sus encantos, y le da su palabra de que jamás volverá a pasar hambre en plan
“Lo que el viento se llevó…” (¿entiendes?) Dos viñetas más tarde, la muñequita
eructa satisfecha y se marcha. Él queda mudo, literalmente, por amor. Fin.
domingo, 6 de julio de 2014
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