Retuerzo el pie dentro de la bota. Voy tocado de la rodilla derecha. Estiro la pierna con brusquedad y recoloco la rótula, falta de ligamentos. Ando, los músculos entumidos y los tendones que a duras penas me sustentan, como envarado por palo de escoba. Suenan mis pasos en la acera como si anduviera por hojarasca. “Temprano el bastón”- pienso- con el regocijo de quien ha estado cinco horas ininterrumpidas sentado a la mesa de sonido viendo danzar a lindas bailarinas y apuestos bailarines, con habilidades de duende, estirándose como carpas, o plegándose como valijas. Liberado, lanzo un jeté. Avanzo y miro a mi alrededor, nadie en la calle me ha visto… Respiro aliviado.
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1 comentario:
Ya me gustaría conocer a quien así escribe...Por lo demás,"lindas" y "apuestos"...que te envidien ellos.Te esperamos el sábado. No se hable más.Salud
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